Muchas veces escribir cuentos de terror supone un conocimiento pleno de los recursos que debe emplear un cuentista. Exige, además, un tratamiento riguroso del lenguaje para darle suspenso a la narración y mantener atento al lector: Más que describir o contar un hecho que provoque miedo, debe crear una atmósfera adecuada para infundir miedo. No poco exige este tipo de cuento, pero felizmente, Vanessa Giacoman en su libro El Sonido de la Sangre, cuenta con todos los elementos para convencernos, de manera sencilla, amena y bien escrita que los cuentos narrados son buenos cuentos.
Referencia bibliográfica:
Giacoman, Vanessa (2011). El Sonido de la Sangre. Cochabamba: Grupo Editorial Kipus.
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