Acá tenemos un comentario sobre la obra La Pluma de Miguel de Isabel Mesa de Inchauste, escritora boliviana, quien nos transporta a un mundo mágico donde los protagonistas son los ángeles y los diablos en un contexto de narrativa fantástica a la boliviana. La obra fue ganadora del Premio ENKA (1998), Colombia, en literatura juvenil.
A DIEZ AÑOS DE LA PLUMA DE MIGUEL
Artículo de Liliana De la Quintana
Academia Boliviana de Literatura Infantil y Juvenil
Festejamos el décimo aniversario de la primera edición de la “Pluma de Miguel: una aventura en los Andes” escrita por Isabel Mesa, autora de literatura infantil de reconocida trayectoria y que inicia su carrera con esta obra, ya consolidada con el premio ENKA de Colombia (1998).
La “Pluma de Miguel” goza, por una parte, de la seriedad en el trabajo de investigación sobre arte e historia colonial para ubicarnos en el siglo XVII con los arcángeles como protagonistas de la historia, y por otra parte, contiene una particular propuesta de diálogos con gran tinte de picardía y humor.
El robo de la conciencia humana por los demonios, es el motor para desarrollar toda la historia y un argumento fantástico para el despliegue de los arcángeles que van al rescate del objeto robado y el trabajo de los demonios para dominarla y seguirla alimentando con productos especiales, la sal y el bismuto con los que sobrevive.
Estamos frente a una obra que nos permite un minucioso acercamiento religioso y desde lo católico a los siete cielos, a las divinidades que habitan en él y al infierno y sus colaboradores. Quien quiera conocer a los habitantes de ambos mundos, las características de su habitat y las actividades concretas que realizan, es la “Pluma de Miguel” la novela que nos lleva a este viaje tan extraordinario.
Pero también nos muestra un mundo celestial con su fragilidad y un infierno no tan dramático. Uno supondría que los arcángeles son esos seres casi perfectos, pero no es así; tienen tantas debilidades como imperfecciones que los acercan más a los humanos. Es así, que hasta su balanza para pesar los pecados y las virtudes de cada ser humano no está en las mejores condiciones, ó se sensibilizan más con una llama que está llevando metal en su lomo que con un indígena que esta haciendo lo mismo ó han descuidado la conciencia humana hasta el punto que se la robaron.
Es una obra que nos permite conocer de forma atractiva, la historia y la pintura colonial, a los pintores y hasta secretos de la mezcla y uso de ocres. Cuenta con una excelente descripción de la ciudad de Potosí, como el gran centro minero que fue, con sus enormes ingenios para purificar la plata y la intensa vida social y económica que se desarrollaba.
“La Pluma de Miguel” como título nos remite al regalo que Dios hace a los ángeles de “nuevas plumas”, una vez que han recuperado la conciencia ó a la preocupación de los ángeles pues hablan de las “plumas mas caras” que hay, ciertamente estos seres alados están pendientes de su “plumaje” que son su característica esencial.
La presencia de las deidades pre-coloniales como la sirena del Lago Titicaca o la serpiente de Copacati asociada a los demonios, o el Tío de la Mina como una “superstición”, es una visión desde la mirada de la religión católica y de los “extirpadores de idolatrías”, que asociaban a los dioses de los indígenas con los dioses del averno y del mal. Conocemos que para el mundo andino no hay una división tan tajante, los dioses son buenos y son malos, pueden dar bienes materiales y espirituales, pero también castigan.
El espectacular escenario del salar de Uyuni para la última batalla, la lucha entre el bien y el mal, es una gran opción que nos permite imaginar el contraste del blanco con los destellantes colores de los trajes de los personajes de ambos bandos, de los truenos y relámpagos, del movimiento de ejércitos, arcabuces que se prueban por primera vez, lanzas y escudos que se mueven como haces de luz. Al mismo tiempo gozamos del diálogo entre arcángeles, los siete pecados capitales y los demonios que están basados en las representaciones que aún se realizan en el Carnaval de Oruro cuando bailan la diablada.
El uso de recursos poco “científicos” pero mágicos que usan los arcángeles para que escapen o desaparezcan los diablos, como el hígado de los pescados o la flor de granada que recuerda la pasión de Cristo, son componentes interesantes del conocimiento popular que están presentes también en la lucha final.
Llama la atención, que aunque los autores de las magnificas pinturas coloniales de los arcángeles de Calamarca son anónimos, no quiere decir precisamente que sean “manos angelicales” las que los hayan realizado. Debiera darse el crédito y el reconocimiento al habitante andino de esa época en su gran propuesta artística.
Son también un aporte muy valioso las ilustraciones de Guiomar Mesa que acompañan a la novela, que nos muestran su imaginario respecto al infierno y los diablos y las escenas celestiales, cual si fueran vitrales de las iglesias católicas. Destacan las ilustraciones con referencias históricas como el cuadro de Potosí del siglo XVII y la de los arcángeles.
Ambas, Isabel y Guiomar materializan con exuberante creatividad, los imaginarios que existen del cielo, infierno, ángeles, arcángeles y diablillos.
“La Pluma de Miguel” es sin duda alguna, la novela juvenil mas interesante que se ha escrito sobre la colonia. Historia, luchas, arte y humor, se convierten en una mezcla vital para llegar a ese público difícil de conquistar, cual son los adolescentes y jóvenes con un tema tan particular.
FUENTE: Artículo publicado en Suplemento Fondo Negro de "La Prensa" 4/5/2008
Referencia: Mesa Isabel (2008). La Pluma de Miguel: Una aventura en los Andes (5ta. edición). Editorial Gisbert Cia. S.A.: La Paz
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