OJO DE AGUILA, de Ivan Prado Sejas

Recordaran algunos que hace tiempo coloque un cuento en el blog denominado de Ojo de Aguila, y luego lo saque. Ocurre que ese cuento lo hice después de componer coplas de carnaval, de aquellas que se denominan “picantes”, y después que pasó el carnaval tome conciencia que el cuento mencionado obedecía más al esquema de copla picante, que podía llevar a malas interpretaciones de aquellos que desconocen el carnaval cochabambino. En ese carnaval las “qhuchi” (picantes) coplas, que son cantadas en quechua, hacen parte de la cultura popular, y no son consideradas de obscenas. Entonces, ahora les presento la 2da versión del cuento Ojo de Aguila; me parece que está menos “qhuchi”.

OJO DE AGUILA

Autor Ivan Prado S.

Estaba Josué, mirando por una rendija multidimensional, y apareció Bertha, deslumbrante, para mostrar su belleza exhuberante, reflejada en la nebulosa del Cisne. En el momento, que ella se apegó al centro de la Galaxia, Josué solo sentía la fuerza del poderoso Agujero Negro.

¡La nada, la nada!, parecía exclamar una voz extraña del otro lado de la rendija cósmica. ¿Cuál rendija? intervino Josué como quien no sabe nada. No hubo respuesta; mientrás él seguía mirando por la ranura soportando la potencia de mil huracanes.

Ojo de gitana tienes para adivinar, le dijo Carina a Bertha sabiendo que ella había presentido la manifestación de Josué por los alrededores. ¡No necesariamente!, exclamó la joven que continuaba pegada a la puerta dimensional, como quien ansía ser la fuente del supremo deseo.

Apareció en el espacio, Perseo, sacerdote de alta alcurnia, perteneciente a la orden de Stingray y vio como Josué y Bertha habían infringido la ley primera de la termodinámica desparramando energía por toda la Vía Lactea.

El castigo, sería para ambos.

El discipulo Josué, ahora no más discípulo, sería arrojado a un agujero de gusano para vagar ad eternum por el espacio infinito. Mientras que Bertha, sería sometida a un examen psiquiátrico por seres de la nebulosa Trífida y sería conducida al sanatorio de la Araña Roja.

Así el Ojo de Aguila mostraba su poder a los alfeñiques del bien y del mal.

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