Arturo, el personaje principal de la novela, encuentra una caja mecánica con dispositivos que provocan alteraciones en la personalidad. En estas circunstancias, emerge una pregunta del montón: ¿Es la caja mecánica la que provoca el comportamiento anómalo, o es la personalidad mórbida que incita el surgimiento de síntomas neuróticos, psicóticos y/o psicopáticos proyectandose en la imagen de la caja?
Galvéz, pinta su obra con cuadros que llaman la atención del lector. Estos cuadros a instantes dramáticos, en un contexto de una supuesta normalidad, hacen que el lector se introduzca en las vivencias de Arturo, y de aquellos que le rodean.
En un primer momento, Arturo se presenta como un sujeto obsesivo compulsivo, cuyo síndrome emerge como consecuencia de las frecuencias sonoras emitidas por una caja mecánica. A medida que transcurre la historia, los síntomas obsesivos compulsivos se hacen cada vez más tangibles, y no solo alteran la personalidad de Arturo, sino también modifican la dinámica familiar. Las ideas fijas y los rituales hacen parte de la cotidianidad.
En un segundo momento, a partir de ciertos eventos intrapersonales e intrafamiliares, Arturo muestra también ciertos síntomas sicóticos, entre alucinaciones y delirios. Esta situación empeora el funcionamiento organismico de Arturo, con repercusiones mayores en el ámbito familiar. Si bien en la realidad el transtorno obsesivo compulsivo es manejable, Gálvez hace que el mismo, empeore hacia una situación de boderline. Hermanos, sobrino y otros allegados sufren las consecuencias porque Arturo se deja llevar por la enfermedad psicológica que tiene.
En un tercer momento, Arturo pasa a tener síntomas psicopáticos, que se expresan en escenas donde los sentimientos bajos emergen. Su mente desvaría y en ese contexto, para él, el mundo que le rodea es malo puesto que desea quitarle la caja, entonces, hay que acabar con el mismo para evitar perder el objeto del deseo.
Estados de ansiedad, rabia, desconfianza, incomprensión, temor, labilidad emocional, y otros afectos surgen en la novela, en un mundo de lleno de fantasía, donde se mezclan los cuadros clínicos (neurósis, psicosis y psicopatía), saliendo de la realidad hacia la ficción.
Galvéz, pinta su obra con cuadros que llaman la atención del lector. Estos cuadros a instantes dramáticos, en un contexto de una supuesta normalidad, hacen que el lector se introduzca en las vivencias de Arturo, y de aquellos que le rodean.
En un primer momento, Arturo se presenta como un sujeto obsesivo compulsivo, cuyo síndrome emerge como consecuencia de las frecuencias sonoras emitidas por una caja mecánica. A medida que transcurre la historia, los síntomas obsesivos compulsivos se hacen cada vez más tangibles, y no solo alteran la personalidad de Arturo, sino también modifican la dinámica familiar. Las ideas fijas y los rituales hacen parte de la cotidianidad.
En un segundo momento, a partir de ciertos eventos intrapersonales e intrafamiliares, Arturo muestra también ciertos síntomas sicóticos, entre alucinaciones y delirios. Esta situación empeora el funcionamiento organismico de Arturo, con repercusiones mayores en el ámbito familiar. Si bien en la realidad el transtorno obsesivo compulsivo es manejable, Gálvez hace que el mismo, empeore hacia una situación de boderline. Hermanos, sobrino y otros allegados sufren las consecuencias porque Arturo se deja llevar por la enfermedad psicológica que tiene.
En un tercer momento, Arturo pasa a tener síntomas psicopáticos, que se expresan en escenas donde los sentimientos bajos emergen. Su mente desvaría y en ese contexto, para él, el mundo que le rodea es malo puesto que desea quitarle la caja, entonces, hay que acabar con el mismo para evitar perder el objeto del deseo.
Estados de ansiedad, rabia, desconfianza, incomprensión, temor, labilidad emocional, y otros afectos surgen en la novela, en un mundo de lleno de fantasía, donde se mezclan los cuadros clínicos (neurósis, psicosis y psicopatía), saliendo de la realidad hacia la ficción.
Miguel Ángel muestra su talento como escritor, siendo la Caja Mecánica su primera novela.
Ref.: Gálvez Miguel Angel (2001). LA CAJA MECÁNICA. La Paz: Editorial Nuevo Milenio.
"Al fin y al cabo, la mejor forma de felicidad es la inocencia" Una historia impresionante que merece ser llevada muchísimo más allá, nos recuerda que la mente del ser humano es el arma más poderosa, pero los agentes externos son de los cuales depende que sepamos controlar esa arma, o ella a nosotros. "Mirar debajo de la cama para convercerme de que los monstruos solo estaba en mi cabeza"
ResponderEliminarUna historia con un final inesperado. Nos hace reflexionar sobre la importancia de la salud mental.
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