Eduardo J. Carletti y su visión de la Ciencia Ficción


Compartimos con ustedes la conferencia dictada por Eduardo Carletti, escritor de ciencia ficción de la Argentina, gracias a Grupo LI PO



Conferencia Eduardo Carletti

¿Muchas gracias, me escuchan bien? Bueno, perfecto.

Es interesante lo que Alcides Ortega, siendo astrónomo, habló sobre el viaje a la Luna. Siendo el cuerpo más cercano que tenemos, obviamente influye mucho porque casi todos los ciclos biológicos están relacionados con la marea gravitatoria que genera la Luna. Voy a agregar a lo que él comentó una información que en Argentina la tenemos muy presente, porque aquí contamos con un crítico de la ciencia ficción, un estudioso del género, que es Pablo Capanna, quien descubrió él, o lo encontró dentro de los documentos de la materia que él domina, su profesión, que es la filosofía (es profesor universitario), la información de que Luciano de Samosata, un Sirio que escribía en griego junto con todos los pensadores de la época y quien vivió entre los años 125 y 181 después de Cristo, escribió una novela corta que se llama "Historia verdadera", en la cual un navío, arrastrado por una tromba marina gigantesca, llega a la Luna y se encuentran con una Sociedad. 

Entre las cosas que relata de esta sociedad, nos encontramos con cosas como que los selenitas tienen una capacidad tal de asimilación de los alimentos (sea lo que sea que a ellos les sirve de provisión de energía) que no tienen ano. Es decir, no tienen desperdicios que expulsar. 

Pueden hilar metales, usan el vidrio para hacer trajes, beben "zumo de aire", se quitan y se ponen los ojos, y los hombres pueden dar a luz. 

Él asiste en esta novela a una guerra entre lo que llama los Caballeros Buitres y los Lacanópteros del emperador selenita, que se llama Endimión. Ustedes recordarán que hay una novela de ciencia ficción muy famosa que se llama igual (del autor Dan Simmons). Por otra parte luchan también los Caballeros Hormiga del Solar, algo que también suena muy de ciencia ficción actual, cuyo dirigente se llama Faetón. El mismo autor, en esta novela corta, dice "Escribo, por tanto, sobre cosas que jamás vi, traté o aprendí de otros, que no existen en absoluto ni por principio pueden existir". Una forma muy contundente de decir que estaba escribiendo ficción. 

Él negaba en el texto que todo eso fuera posible, pero en verdad se adelantó mucho a lo que se toma como inicios de la ficción científica, retrocediendo 1.800 años el nacimiento de la CF. 

No sabemos si lo habrá hecho por una cuestión filosófica, o meramente imaginativa, o como entretenimiento, sinceramente no tengo la precisión sobre eso. Lo interesante por lo cual mencioné este antecedente es que también Julio Verne, siglos después, usa un método para llegar a la Luna que no es posible en la práctica. Una tromba marina no puede llevar un barco ni ningún objeto a la Luna, si bien esto se puede perdonar teniendo en cuenta la época, en la cual casi ni siquiera sabían muy bien, tampoco, qué era la Luna, si todavía no se aceptaba que nuestro planeta era una esfera. 

A pesar de que él era un tecnólogo que escribía novelas basadas en la aventura y la tecnología, el método de Julio Verne, si bien parece más aceptable, tampoco es plausible; su método no se podría utilizar. Él soluciona el viaje disparando a los astronautas dentro de una bala de cañón, algo que los aplastaría, sin ninguna duda. 

Y también Wells, unos años después de Verne, quien era un escritor más sofisticado, con una especulación mayor sobre la ciencia y un poco menos de basamento en la aventura, escribe sobre un viaje a la Luna. Me parece muy interesante la solución de su historia, en la cual un científico descubre una materia que llama "cavorita", capaz de interrumpir la gravedad del mismo modo que una tabla opaca interrumpe el paso de luz cuando la interpone ante ésta. 


Con la cavorita construye algo similar a una persiana en una ventana, que coloca en la parte baja de una esfera de acero como las que ya se utilizaban para sumergirse en las profundidades marinas, y logra así viajar a la Luna. Al cerrar la persiana debajo del artefacto, y estando la Luna en el firmamento, aisla su masa de la gravedad terrestre y permite que la gravedad lunar atraiga la cápsula. 

Una vez en nuestro satélite se desarrolla una aventura muy interesante, con unos seres que viven en el subsuelo y que parecen hormigas, aunque gigantes, y aquí coincide en los de las "hormigas" con Luciano de Samosata

Pero bueno, utiliza algo que, a entender de la ciencia actual, tampoco es correcto, no es científico, porque la gravedad no es una radiación electromagnética que se pueda interrumpir con una persiana, como la luz. Por lo menos por lo que sabemos hasta ahora... La verdad es que han aparecido muchas cosas nuevas en las ciencias físicas. 

En los tres casos llamamos a estas historias ciencia ficción, una ficción basada en la ciencia (ubicándose en cada caso en la época de su escritura, obvio). En las tres se logra llegar a este astro que tenemos tan cerca y que influye tanto en las artes humanas, además de en lo físico, y hasta en lo emocional. 

Luego de esta introducción, que finalmente se hizo larga porque sólo pretendía agregar a Luciano de Samosata a los ejemplos, llevando más hacia el pasado los inicios de estas ficciones que tanto nos gustan, aqunque quizás se puedan encontrar aún más antiguas, quiero poner énfasis en la cuestión más importante: la especulación. La especulación es fundamental en lo que la CF utiliza como motor en el cerebro que lo escribe, de quien lo lee, y como núcleo de las historias. 

Por ejemplo, uno no tan mencionado como error científico, generalmente: el del hiperespacio, un recurso que permite que la CF aborde los viajes a través un universo que es demasiado grande para nosotros. 

Quizás todos conocen los ejemplos del efecto del pliegue de las dimensiones cuando hablamos de un plano (una hoja de papel) dentro de nuestro universo de tres dimensiones. Dos puntos que hayamos dibujado bien alejados en este universo plano, de dos dimensiones, se pueden unir, simplemente, plegando la hoja y juntando los puntos hasta que no haya ninguna distancia entre ellos. Si recorriésemos la distancia sobre la hoja, sin poder salir del plano. y si esa hoja tuviese tamaños a escala del universo, nos llevaría largo tiempo recorrer el camino. 

Este ejemplo es el que que utiliza Isaac Asimov en su concepto del hiperespacio: un espacio superior, de más dimensiones, en el que plegando las tres dimensiones que conocemos acercaríamos dos puntos distantes de tal modo que un viaje que llevaría milenios, incluso millones de años, se puede realizar en un instante. Así crea para sus ficciones los famosos "saltos" por el hiperespacio.


Si bien hoy existen teorías y se pueden encontrar muchos artículos científicos sobre pliegues del espacio-tiempo, multiversos, branas, agujeros negros y de gusano, y otras exquisiteces teóricas, en los hechos el pliegue del universo 3D no es posible de realizar. Al menos no con la física, y mucho menos con la tecnología, no sólo que conocemos, sino que podamos extrapolar hacia el futuro. 

Sin embargo, una parte muy importante de la ciencia ficción con viajes interestelares, incluso intergalácticos, se soporta sobre esta idea. 

Asimov, y muchos autores, hablan reiteradamente sobre el hiperespacio y los saltos, y nosotros lo tomamos como algo natural. Las obras de Asimov son consideradas como la "cúspide" de la literatura de ciencia ficción dura, basada específicamente en la ciencia y en la física, y sin embargo sabemos que estos saltos no son posibles. Sé que hay discusiones en el ámbito científico, sé que se postulan soluciones basadas en agujeros negros, pero todos comprenden que de producirse estas situaciones, son válidas para la energía o para partículas, nunca para una estructura compleja y mucho menos un ser humano. Un agujero negro puede torcer el espacio-tiempo de alguna manera, pero con seguridad no dejaría a ningún astronauta vivo, de la misma forma que el disparo de cañón de Verne. 


Yo creo, entonces, que lo importante en estas ficciones es que se las sienta creíbles en el entorno en que el escritor las desarrolla. En la novela de Wells es muy maravillosa esa cavorita, un producto que no necesita un uso de grandes energías, simplemente abrir una persiana y dejarse atraer por una fuerza que ya existe. Wells lo sabe explicar muy bien y lograr que uno lo crea, desarrollando gracias a este hecho tecnológico una aventura y una relación de personajes que recuerda a la de las historias de Sherlock Holmes, ya que el científico, el profesor Cavor, es acompañado por un periodista cuya función es preguntar lo que el científico (de hecho, el escritor) quiere hacer saber. 

Si el relato está bien construido, este personaje "preguntón" desvía de la mente del lector de las preguntas propias, ya que si el lector se preguntase demasiado las respuestas podrían dañar la credibilidad. A esto los escritores le llamamos un recurso narrativo. 

Un recurso literario general. No es solamente para los subgéneros, minigéneros, microgéneros o como se le quiera llamar. Es para la literatura. 


En la CF hay grandes literatos, históricamente los hemos tenido y los tenemos. La CF fue clasificada, o puesta en un casillero de género menor porque se publicaba en revistas baratas de entretenimiento, de las cuales se publicaban diferentes temáticas, como las del Oeste o cowboys, de guerra, de fantasía heroica, de piratas, de detectives, de aventuras en general, de terror, y por supuesto de CF, entre otras. Hubo escritores como Fredric Brown, quien escribió maravillas en la CF, que también creaba libros en la temática de policiales, cowboys, guerra, etc. 

Hoy consumimos enormidad de material de TV y de cine, y no todo es bueno, no todo es maravilloso, y encontramos gustos muy variados. En las épocas en que se inició el mercado de la CF anglosajona, desde los años 30 de Gernsback a los 50 de la era dorada, también había un ansia por la aventura, por el "viaje" a otros mundos, por la maravilla que vivían otros y el hombre común no vivía en su mundo gris. La oferta, demanda y variedad de este tipo de revistas temáticas era tremenda. Por eso la CF, al ser uno de esos géneros que se vendía en estas revistas baratas de entretenimiento, donde no todo lo publicado alcanzaba niveles aceptables de calidad literaria, quedó encasillada como literatura de menor nivel. Las otras temáticas eran antiguas y conocidas, pero la aparición de una creciente tecnología y logros industriales en los EEUU, en especial luego de la 2da Guerra Mundial, llevó al furor de la CF. 


Hoy esa calidad de subgénero se va desvaneciendo en una especie de "fusión" del género dentro de la literatura general, una fusión tan inconsciente y tan efectiva en los autores del mainstream que ellos, en la mayoría de los casos, ni siquiera lo hacen concientemente. Hoy hay muchos libros que nosotros reconocemos como ciencia ficción, claramente, pero los autores y las editoriales sostienen que no es "en absoluto" ciencia ficción, hasta el punto que una de estos autores cuyas obras fueron presentadas dentro de la literatura general puede recibir un premio Nobel, cosa antes impensada para los autores de un "subgénero" bastante despreciado. Si estos libros fueran presentados dentro del ambiente de la CF quizás serían desplazados de la posibilidad de ganar algún premio de la literatura. 

Hay una cuestión sicológica que se va venciendo lentamente. En el medio, después del furor de la tecnología que auspiciaba futuros de gloria y de la gran aventura del Hombre, de los cowboy del espacio, que salían a invadir o, en muchos casos, a rechazar triunfalmente las invasiones a nuestro planeta por seres de muy alta tecnología, aparecieron las voces de aviso. El entusiasmo por las armas de dominio --tan común en los anglosajones, lo cual se evidencia en tantas películas en las que se muestran poderosas armas, poderosos vehículos y poderosos "americanos" entrenados-- pasó de moda. 

En cada época podemos visualizar una sicología: pasamos por una era de entusiasmo por lo que nos ofrecía la energía atómica a una época oscura, en la que predominaron los relatos post-guerra nuclear, con una tecnología que en lugar de producir motores para naves había generado bombas, mundos devastados y una raza humana apenas sobreviviente, plagada de monstruos o mutantes por la radiación.

Philip K. Dick

Luego los temas comenzaron a migrar hacia la economía y la sociedad que no funcionaba tan bien como se había supuesto, y allí surgió Philip K. Dick como un visionario; un escritor que había vendido sus novelas por pocos dólares y que --según contó él mismo autobiográficamente-- llegó a alimentarse con comida para perros. De pronto él era el gurú que había vislumbrado, mientras otros veían la gloria, la oscuridad de la miseria humana que nos hace errar de camino a pesar de tener tanta tecnología y utilizarla para cosas malas en lugar de para mejorar nuestra vida. 

Surgió la obra de Dick luego de otros escritores que no creían en el futuro promisorio, como los llamados de la new wave, como la gran construcción futurista de un visionario, que se adelantó a la novela Neuromante, un oscura pintura de un mundo dominado por las corporaciones y la corrupción --¿les suena?--, con nuevas formas de aturdirse, un hampa tecnológica, el robo de órganos, la manipulación de los poderosos... 

En estos últimos tiempos se puede decir que hay un nuevo vuelco. Comienza a surgir la influencia de toda esta física nueva, una serie de descubrimientos muy recientes que nos han cambiado los cimientos más firmes de la física como un terremoto imparable --la aparición de la energía oscura, la materia oscura, las branas y los multiversos, en discusión aún si existen y no existen, pero si no existen cómo se explicarían las observaciones astronómicas que se han visto en las últimas décadas--, planteos teóricos basados en descubrimientos cosmológicos que nos hacen vivir lo que se vivió en los años 20, cuando la teoría de la Relatividad General de Einstein se divulgó en forma entendible al público en general y nos dio vuelta todos los conceptos que hasta el momento parecían firmes e inamovibles. También estamos, ya en la física de partículas, operando instrumentos que rompen fronteras antes infranqueables, y nos van mostrando una fauna de nuevas partículas fundamentales, y nos han dado vislumbres de partículas que nos ponen en situación de cambiar conceptos esenciales de la física y la comprensión del universo. 

El conocimiento de la física nos da una tecnología en la actualidad que nos aporta logros como los robots que están recorriendo Marte, que fueron programados para unos meses y llevan años tomando datos en condiciones muy duras, y otros nuevos que comienzan a ofrecernos nuevos y mejores vislumbres de un mundo distante, más las naves sonda como la Cassini, que lleva años circulando por el Sistema Solar exterior (Júpiter, Saturno), aportando miles de millones de datos. Esto por la parte buena. También nos ha llegado una creciente legión de monstruos robóticos dedicados a la guerra, que día a día se van conociendo en los informes que se filtran o se dan a conocer por razones propagandísticas. 

Arthur C. Clarke

Debido a todas estas cosas, la ciencia ficción que se percibe como muy avanzada empieza a dudar de la realidad, y pasa a casi confundirse verdaderamente con la fantasía. De hecho, Arthur Clarke, uno de los que consideramos maestros de la CF, dijo hace tiempo que una tecnología suficientemente avanzada sería vista por una sociedad que no tiene los conocimientos como magia. Un miembro del público ya relató una historia en la que la protagonista, que utilizaba tecnología, era percibida como una maga, o bruja. Un personaje de una novela actual puede verse, entonces, como un mago de las historias de fantasía, o un ser sobrenatural con poderes, cuando en realidad está manejando con sus artefactos tecnológicos --que de hecho, como sabemos, son cada vez más pequeños y menos visibles-- todos estos "engendros" que la física actual vislumbra pero aún no comprende, como las partículas de materia oscura (si es que existen), los efectos de la energía oscura (si es que es algo manejable, además de en verdad tener una presencia en este universo), o una inimaginable torsión en esos límites de las dimensiones que hoy se llaman branas, bordes de distintos universos que poseen leyes físicas inimaginables dentro de lo que algunas teorías físicas llaman el multiverso. 


Con esto quiero decir que existe una evolución constante de la CF que tiene que ver con el desarrollo de la ciencia, con lo que se va descubriendo, con lo que se va vislumbrando o teorizando. Esto lleva a que hoy haya una diferencia importante entre lo que ocurría antes: que Estados Unidos era la meca de la generación de nuevas ideas y voces en CF, y hoy se ha cerrado la brecha porque accedemos a través de internet a toda la nueva información divulgada por los propios científicos desde las universidades mismas, y hay anuncios que a los 10 minutos de realizados en un centro de la ciencia y la tecnología ya están publicados en una traducción al español. Gracias a esto, el autor hispanoamericano también se ha sofisticado con respecto a lo que hace una década podía tratar en sus escritos, cuando tendía a la fantasía o a escribir imitando lo aportado por otros escritores en cuestiones científicas y técnicas. Hoy puede tener disparadores e información de primera mano para especular. 

Aparecen entonces, hoy, muchos trabajos que parecen realismo fantástico más que ciencia ficción, si bien están basados en la ciencia más avanzada --y hay que poner como ejemplo algunos escritos de Borges, que cuando los publicó parecían surgidas tan sólo de la filosofía y la especulación mental y que hoy resultan ser vislumbres de los universos paralelos y otras dimensiones que está proponiendo la ciencia, claro que tratados con gran maestría y de una manera muy diferente a la manera que lo trataron los autores del mercado anglosajón--. Esto ha quebrado las fronteras que nos separaban antes de los autores "tecnologizados". Hoy podemos superarlos, porque mucho de la física actual está al borde de lo que suena como magia, y nosotros estamos acostumbrados a estas cosas. 

Seguimos escribiendo parecido al realismo fantástico, pero hoy es ciencia ficción. 

Tenemos hoy cantidad de películas del género que se meten en los sueños, en mundos paralelos creados por la mente y por distorsiones a causa de intervenciones temporales, personajes que se crean sus propios mundos a fuerza de voluntad, etc. Hay una cantidad de cosas que nosotros escribíamos y que se consideraban realismo fantástico porque no tenían una base en la física, que ahora son "explicables", o al menos sostenibles con las nuevas teorías, por lo tanto se han vuelto una ciencia ficción que podríamos definir como "ultradura". 

Philip K. Dick

Lo cual es maravilloso, porque es similar a lo que pasó con Philip K. Dick, que vislumbró el futuro mucho mejor que la gran mayoría de sus contemporáneos. Ahora nos pasa a nosotros, y creo que esto es muy bueno. Los límites de la ciencia ficción siempre van a estar estirándose, porque la ciencia siempre está "estirándose" hacia nuevas fronteras, como una ameba que va extendiendo tentáculos, prolongaciones, y penetrando en una realidad que no nos esperábamos, cada vez más extraña.

Fuente: http://grupolipo.blogspot.com.ar/2013/04/eduardo-j-carletti-y-su-vision-de-la.html

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