Ciencia Ficción Canadiense

Canadá aparentemente no es un lugar propicio para la fantasía, aunque aquí el género esté vivo y de una diversidad que nada tiene que envidiar su vecino del sur.

Canadá es una tierra amplia, donde la naturaleza domina al hombre y la civilización occidental tiene poca historia. La escritora canadiense Catherine Parr Traill citó aun poeta que decía "Canada is the most unpoetical of all lands; there is no scope for imagination" (Canadá es la tierra menos poética de todas; no hay espacio para la imaginación" (1836). Quejándose de que se trataba de una tierra sin tradiciones, leyendas, fantasmas y seres fantásticos donde el hombre no podía sentirse sino humilde ante la bastedad del territorio y la dureza de su clima que exigía tanto que no dejaba nada fuerza para explorar los paisajes de la imaginación. Esta realidad hizo que la mayor parte de la literatura Canadiense estuviera en el cause naturalista y realista de Europa y que se limitara a describir las experiencias vividas o vistas. También se debatió que la tradición conservadora y paciente de Canadá que evitó los enfrentamientos rebeldes contra los colonizadores británicos que tuvo Estados Unidos, y que logró su independencia solo gradualmente, se vería reflejada en una literatura que no rompía cánones y siguiera lineas establecidas.

Pero aunque todo esto fuera verdad, Canadá era un territorio rico en inmigrantes de diferentes orígenes, con una amplia historia de indios nativos así como inuits (tribus esquimales) de ricas tradiciones y leyendas, y una compleja historia política, dos idiomas que conviven juntos, una posición antibelicista y una comunicación constante con Estados Unidos. La ciencia ficción se vio alimentada de todos estos elementos generando un fenómeno que quizás no fuera tan amplio y económicamente activo como el de Estados Unidos, pero tuvo su propia riqueza que vale la pena conocer.

La Ciencia Ficción en Canadá puede remontarse hasta la prehistoria del género antes de que Hugo Gernsback acuñara el término. Hay tres obras que se consideran las precursoras del género en Canadá: "Mon Voyage à la lune" (1839) del periodista suizo/francés radicado en Canadá Napoleón Aubin inspirado en las novelas de Swifft y Bergerac. "A strange Manuscript Found in a Copper Cylinder" (1888) del Canadiense James De Mille una compleja obra considerada por muchos hoy en día una de las obras maestras de la literatura canadiense. Este texto ambientado en una región semi-tropical de la Antártida recuerda a los textos de Poe "Las aventuras de Arthur Gordon Pym de Nantucket" de Conan Doyle "El mundo perdido" y de Rice Burroughs "La tierra que el tiempo olvidó" . Y en tercer lugar "Hunting Dinosaurs in the Badlands of the Red Deer River, Alberta Canadá" (1917) de Charles H. Sternberg. Aunque este último texto se trata de un libro de no-ficción escrito por un coleccionista de fósiles norteamericano, hay capítulos que son considerados legítimamente cuentos de viaje en el tiempo ambientados en Canadá.

Durante los dos primeros tercios del siglo XX la ciencia ficción canadiense era un genero menor, destacando algunos nombres aislados como A. E. van Vogt o los textos de fantasía de John Buchan (que llegó a ser Gobernador General de Canadá) entre otros, más un reducido grupo de autores llegados desde Estados Unidos. Pero mientras esto ocurría en Canadá, en Estados Unidos la ciencia ficción se encontraba en su época dorada y tanto allí como en otros países, autores canadienses expatriados estaban publicando con una sorprendente diversidad de temáticas que resulta muy difícil de categorizar.

En Canadá muchas revistas americanas como "Amazing Stories" de Gernsback tenían reimpresiones canadienses y la literatura norteamericana era la más leída en el país pero durante la segunda guerra mundial hubo una restricción de importaciones por lo que se intentó editar a autores canadienses. Se publicaron 21 números de "Uncanny Tales" en los años cuarenta junto a otras revista influenciadas fuertemente por los autores norteamericanos (llegando incluso a plagios descarados). Otras revistas y suplementos en periódicos se publicaron encontrando fans en todo el país aunque la calidad de las obras seguía perteneciendo al género de las revistas "pulp".

John Robert Colombo que publicó en 1979 la primera importante antología de ciencia ficción "Other Canadas", llego a decir en 1942: "In the field of pulp, Canadian fantasy actuall did not exist - it was simply and indetectable segment of American pulp writing edited and directed primarly from New York City" (En el campo del pulp (novelas baratas y populares), la fantasía canadiense no existe, se trata simplemente de un segmento indetectable en el pulp escrito, publicado y dirigido principalmente desde Nueva York).

Se puede marcar el momento del resurgimiento del interés por la la ciencia ficción en el año 1973 con la 31 Convención Mundial de Ciencia Ficción (Worldcon). 25 años antes se había celebrado este evento en Toronto, y en esta segunda ocasión inflamó el interés por el género regresando ya no cómo un producto de revistas de baja calidad sino como un género literario rico en potencialidades.

La escritora y editora americana Judith Merril que había salido de Estados Unidos como protesta a las medidas "anti-democráticas" del gobierno en relación a las actividades contra la guerra trajo de Nueva York la tradición de encuentros literarios de autores de Ciencia Ficción fundando "Tornoto Hydra". Al mismo tiempo en Ontario se fundó el grupo "Bunch of Seven" de la mano del autor Robert J. Sawyer, el primer círculo de escritores de ciencia ficción que colaboró con el éxito de autores como S.M. Stirling y Tanya Huff. También en la misma época surgieron otros autores como el matrimonio de autores Judith y Garfield Reeves-Stevens conocidos por haber trabajado para la exitosa serie Star Trek, Charles de Lint y Guy Gavriel Kay, que colaboró con el hijo de J.R.R. Tolkien en la publicación de la obra póstuma de su padre, pero que también es conocido por ambientar muchas de sus obras en Canadá.

En esta época hizo también su aparición William Gibson que salió de Estados Unidos para evitar la Guerra de Vietnam, naturalizándose canadiense y participando en la contra cultura del país al establecerse en Vancouver. Gibson es uno de los nombres más importantes de la ciencia ficción de la época al haber sido el padre del ciberpunk, haber acuñado el término ciberespacio en su novela "Quemando Cromo" y haber creado la iconografía de la nueva era de la información. Su libro "Neuromante", publicado por primera vez en la editorial Ace Books en Canadá, fue uno de los más importante hitos de su época. Su lenguaje surgió de las sub-culturas de Toronto, y sus temáticas: la Inteligencia Artificial, la Realidad Virtual, la Ingeniería Genética, la Corporaciones Multinacionales poblaban sus páginas mucho antes que estos temas llegaran a la cultura popular.

Desde los 80 se han llevado a cabo convenciones anuales de ciencia ficción, siendo la más importante "Ad Astra" encontrando una amplia acogida entre lectores del género como de literatura en general.

En los 90 varios autores ya se encontraban bien establecidos en Canadá, escribiendo tanto en inglés como en francés a la vez que eran reconocidos a nivel internacional. Muchos autores que no escribían Ciencia Ficción también incluirían el género en su repertorio como la autora canadiense Margaret Atwood, quien recibió entre otros reconocimientos el premio Arthur C. Clarke, así como el premio Prince de Asturias concedido por el gobierno de España.

Una nueva generación de escritores combinan también la escritura del género con otras actividades como el periodismo o el activismo en Internet. Un ejemplo de esto es Cory Doctorow, nominado a dos premios Hugo este año. Escritor, periodista, blogger del conocido blog BoingBoing y activista en favor de la liberalización de las leyes de derecho de autor, publicó alguno de sus libros bajo estas licencias. Su última novela, "Little Brother" habla de la cultura de vigilancia, la disminución de las libertades individuales y la paranoia causada por el gobierno como forma de control.

Hoy en día es posible encontrar varias categorías de autores canadienses, a veces categorías tan numerosas y transmutables unas a las otras que no vale la pena intentar encerrar a los autores en ninguna de ellas: Autores que publican principalmente en Canadá y autores que publican principalmente en el extranjero (siendo Estados Unidos el primero de estos países). Escritores inmigrantes que viven en Canadá e incluso han conseguido la nacionalidad así como autores canadienses (siendo quizás estos los menos). Autores que escriben en inglés y autores que escriben en inglés.

Las temáticas también son muy diversas. El estudioso del género, David Ketterer dijo que los autores canadienses no escriben ciencia ficción "dura" (tecnológicamente orientada, científicamente rigurosa). Según él algunas temáticas usualmente presentes son, por ejemplo, la relación de la sociedad con paisaje bastos y complicados (terraformación de otros planetas y experiencias en regiones alejadas). Ketterer escribe que "the Canadian psyche is indelibly stamped by living in a vast, sparsely populated, inhospitable land that will kill you if you simply stand still" (La psiquis canadiense está indeleblemente marcada por vivir en una tierra vasta, poco habitada y poco hospitalaria que te matará simplemente si te quedas quieto). Aunque también temas como Inteligencia Artificial, desastres nacionales, catástrofes naturales y sátira política son temas populares en la ciencia ficción Canadiense. Aunque el tema se ha debatido largamente pero se puede decir que actualmente no existe casi ningún tema o subgénero dentro la ciencia ficción en Canadá del que no se escriba o se haya escrito.

El idioma es una de las marcas diferenciadoras más importantes en el país, marcada más por las editoriales que por los autores. La editorial más importante en Inglés es "Tesseract Books of Edmonton"; que en 2003, se unió a "EDGE Science Fiction and Fantasy Publishing", mientras que la mayor parte de la Ciencia Ficción francófona ha sido publicada por Québec/Amérique, una editorial importante. Muy pocas veces, al igual que en muchos países, una gran editorial canadiense publicará novelas de ciencia ficción. El tema de la ciencia ficción francófona, principalmente situada en la región de Quebec será el tema de otro artículo.

Pero no es la literatura el único espacio donde la ciencia ficción se desarrollaría en Canadá. Desde 1950 la empresa nacional de televisión The Canadian Broadcasting Company empezó a producir ciencia ficción. En los 70 la cadena canadiense CTV produjo "The Starlost", en los 80 se produjeron muchas series de animación como "ReBoot" y "Tripping the Rift". William Shatner, el capitan James Kirk y James Doohan Scottie de la serie Star Trek comenzaron a trabajar en Canadá antes de conseguir el éxito en Estados Unidos. Pero fue en los años 90 que gracias a un cambio en la legislación estatal de impuestos se lograron producir series de televisión de resonancia internacional siendo las más importantes "The X-Files" y "Stargate SG-1" pero también "Forever Knight" y "Robocop". De origen canadiense fueron películas como "Scanners" y "eXistenZ" de David Cronemberg, la enigmática "Cube", la adaptación de un cuento de William Gibson "Johnny Mnemonic" y la adaptación de un cuento de Philip K. Dick "Screamers". En la última década del siglo XX numerosas compañías americanas trabajaron en Canadá para la realización de series de televisión y películas.

La obra de William Gibson, a inicios de los 90, no fue la única en generar un fenomeno internacional tan importante. Autores canadienses como el cineasta David Cronenberg se encontraron a la vanguardia del género, así como producciones televisivas y cinematográficas demostraron que Canadá tenía el paso firme marcando el camino. Las series de televisión más importantes del género, "Expedientes Secretos X" en los 90 y "Battlestar Galáctica" que este año finalizó la última temporada tuvieron un origen Canadiense ya sea como producción de su piloto o como co-produción.

Tanto en literatura como en cine y televisión la ciencia ficción Canadiense demostró que no sólo se encontraba en una posición importante sino que marcaba el camino. Organizar la 67 Worldcon en Canadá sólo demuestra la importancia del país en el género, y descubrir sus nombres y autores sólo contribuye a ampliar las horizontes del género.

La semana que viene continuaremos hablando de la ciencia ficción escrita en Quebec, que comparte mucho de lo discutido pero posee algunas características especiales que la hacn muy interesante.

Bibliografía para ampliar el tema



Artículo en exclusiva para ciencia-ficcion.com

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