El Cybergrind, una alternativa al Cyberpunk: Una entrevista a Ronald Rodriguez Gonzales


Por: Iván Prado

Fuente: Amazing Stories Magazine

Ronald Rodríguez Gonzales es un escritor boliviano que se destaca en el ámbito de la literatura fantástica, con una inclinación por el cyberpunk que surgió como una corriente literaria en los años 80 (siglo XX), con autores como William Gibson, Bruce Sterling, Neal Stephenson, Philip K. Dick, John Brunner y otros. En la narrativa cyberpunk aparecen sociedades futuristas distópicas, y la humanidad se debate entre la destrucción y la sobrevivencia. Siguen la corriente cyberpunk películas famosas como Blade Runner, Akira, Matrix y otras.
Ronald Rodríguez es el creador del cybergrind, como un desgaje del cyberpunk. El cybergrind en su origen está relacionado con la música con elementos de fusión que combina grindcore, donde aparecen elementos del death metal (subgénero extremo del heavy metal, considerado uno de los más duros y pesados), con música electrónica y música experimental. En este ambiente pesado, Ronald Rodríguez conduce al lector por senderos oscuros y escabrosos, siendo el argumento distópico la tónica de su narrativa.

Iván Prado para Amazing Stories.- ¿Cuándo empezaste a sentirte escritor?

Ronald Rodríguez Gonzales.- Cuando era niño estaba obsesionado con el cine y los libros, no compartía los intereses de ninguno de mis contemporáneos por la banalidad del futbol y las fiestas del colegio, alucinaba durante todo el día con filmar películas o actuar en ellas. Dibujaba storyboards en todos mis cuadernos y mis padres me compraban blocks de hojas sabana para garabatear así evitando que me aplazara, creo que en ese momento me di cuenta que construía historias. Comencé a escribir a los doce años, motivado por un profesor que descubrió mi trabajo en el desorden académico de mis apuntes. En secundaria mi profesora fue Melita del Carpio, y siento que ella me apoyó mucho en mi desarrollo artístico al incentivar un crecimiento literario, mi rebeldía se manifestaba con la lectura de libros difíciles que no estaban en el programa. La primera novela que escribí se llama La Estación, y surgió al intercambiar correspondencia con varias chicas en el interior del país, les mandaba los capítulos que escribía y al final ellas me mostrarían el anillado completo el día de conocernos en persona, por entonces el correo era un medio más romántico, por esta obra me enamoré por primera vez y viaje alrededor de Bolivia. Descubrí que era un ejercicio natural para mí y escribía compulsivamente, tenía dieciocho años. Escribí la segunda parte de La Estación, durante su redacción encontré elementos de profundidad que hasta el día de hoy me persiguen oníricamente. A los veinte años participé en mi primer concurso literario con una novela denominada Paradoja que trataba sobre viajes en el tiempo a la era del Incario y a la Inglaterra victoriana. No contaba con los medios de información de hoy por eso que las bases de esa obra eran un tanto pueriles. En la universidad empecé a escribir varios proyectos, distintos y cursis, muchos motivados por mis visitas a la ciudad de Santa Cruz concretamente a la Chiquitanía, pero no había escrito ninguna obra contundente y precisa; resalto que en la prosa de esos cuentos y borradores que hice en esa primera etapa, la maldad y la oscuridad estaban ausentes, quedando lienzos incompletos y demasiado ingenuos que hoy no me atrevo a rescatar.

Cuando me licencié de abogado tuve la oportunidad de viajar a Santiago de Chile para hacer un postgrado, y allí en la soledad encontré mi voz verdadera, y escribí en el lapso de dos años la novela EL JARDIN Y LOS NAUFRAGOS, la cual es para mí una obra completa, con pies y cabeza y capaz de transmitir muchas sensaciones extremas al lector. Considero esa obra la primera literariamente hablando y algún momento la publicaré.

A.S.M.- La escritura te permite penetrar en distintos mundos que combinan lo ficcional y la realidad. ¿En qué medida tus obras reflejan la realidad, y en qué medida son una simple ficción?

R.R.G.- La realidad es una hipótesis que trabajé durante muchos años de mi vida, porque al recibir los primeros golpes que despiertan la conciencia, las preguntas siempre te llevan a terrenos que exaltan tu espíritu o tu superficialidad, como pastor o ganado. La realidad es una percepción superficial, un legado de los padres a nosotros, una limitación en los diferentes procesos que atraviesa el humano inteligente antes de morir, un bloqueo de los sentidos, un motor averiado, por ello que la realidad es una versión mediocre de la supervivencia, debemos comer y abrigarnos, pulsiones atávicas para permanecer en el mundo. Partiendo de ese análisis es muy concreto establecer lo que quiero reflejar cuando escribo, la ficción es una herramienta de arado y la realidad es un juguete de niños. Es mucho más difícil escribir ficción porque debes contextualizar y las personas que ostentan la racionalidad no están acostumbradas a abandonar sus madrigueras de supervivencia para vivir fantasías, aquellos que lo hacen son lectores que han sido atrapados por este arado literario que permite aislar el momento presente y transportarte a lugares sin tiempo y sin materia, pero con sentimientos reales. Sin embargo, he trabajado estos últimos años en la investigación de geopolítica energética y realmente ha sido mucho más complicado emocionalmente por las conclusiones que se alcanzaron, por lo menos en la ficción el final está planificado.

A.S.M.- ¿Por qué escribes? ¿Cuál es tu motivación para ingresar a mundos ficcionales que pretenden reflejar realidades donde están presentes la “oscuridad” (YING) y la “luz” (YANG)?

R.R.G.- La oscuridad y la luz, juntas son la esencia de la humanidad, si bien mi literatura temprana ha sido un experimento sobre emociones extremas y sentimientos que ponen al protagonista en perspectiva sobre su humanidad, el mensaje de lo oscuro no es exaltar la muerte o la decadencia, sino obligar al observador a entender que existe una existencia superior donde las dudas primordiales te llevan a obtener respuestas que el tiempo brinda con lentitud, la madurez y las experiencias permiten entender las complicaciones de conceptos, el dolor y la muerte son requisitos de ésta vida. Pero escribo porque desde niño he sentido que esa respuesta sobrenatural se encuentra disponible a través del conocimiento, y hay mucho conocimiento en las propuestas de los artistas, los símbolos y las exaltaciones conducen a un resultado consensual. Todos los seres humanos hemos encaminado nuestras vocaciones en valor de una existencia condicionada, la humanidad es sinónimo del desastre y la destrucción, las consecuencias las hacen en conjunto y es lamentable que la evolución a un estado superior no sea por el conocimiento, sino por el exterminio. La siguiente generación apreciará mejor nuestros esfuerzos.

A.S.M.- ¿Cuál es el propósito que tienes con tu obra literaria, como conocedor de muchos “infiernos” (mundos inferiores) que reflejan una realidad oscura muy condensada?
R.R.G.- EL EVANGELIO DE LAS PROFUNDIDADES, es una obra oscura, extrema y quizás polémica debido a los escenarios desarrollados por los personajes y sus vivencias. Objetivamente no es un descenso al infierno de Dante, al contrario, es un ascenso al siguiente estrato del ser, cuando el destructivo humano se da cuenta que sus acciones denigran a la naturaleza y es éste siguiente eslabón de existencia el que se hace cargo de conducir las voluntades depredatorias, asumiendo la responsabilidad y control porque el hombre ha quedado sujeto a su propia corrupción, de la cual no puede salir como especie, pese al esfuerzo individual de limitados servidores. Es este ser superior que empieza a manejar los engranajes, demostrando la futilidad de la humanidad, corrige la historia causando desesperación en los endebles cimientos de la civilización, por supuesto que ese caos destruye la concepción del entendimiento, y puedes llamarlo como buen cristiano, el infierno. Pero esta novela fue planificada como un viaje distinto, se unió al concepto de hyperrealidad, un proyecto que tardé diez años en desarrollar, al final se hicieron tres libros.

A.S.M.- Tú te atribuyes ser el creador de la literatura cybergrind. ¿En qué consiste este nuevo subgénero literario y cómo se diferencia de la literatura cyberpunk?

R.R.G.- El cybergrind nace originalmente en la música, aunque hoy en día es más una actitud contracultural que música, y como género es impopular y siempre será impopular, y no existe un criterio académico de su existencia. Es una simbiosis entre la tecnología y la supraconsciencia, un ente que ya no es humano, pero se origina en su mente y espíritu, el mismo habita dentro de los sistemas de información, como un ser artístico y como un guerrillero, y a la vez simboliza un manifiesto que evoca un mundo nuevo, lejos de ser racional, es imposible si subsiste esta civilización.

Como es demostrable, todos los postulados cyberpunk ya dejaron de ser ficción y han tomado el presente como escenario de sus distopías, por tanto el cyberpunk como literatura desaparece dando lugar a nuevas estructuras que abandonan los pilares creados por esos escritores, cuyas obras tienen más de clarividencia que de ciencia ficción. Hoy este presente se parece más a ese futuro que soñaron los escritores en la década de los setenta, guerras corporativas, control total de la información, identidad personal como propiedad de multinacionales, héroes perseguidos por mercenarios informáticos, computadoras portátiles en el bolsillo. Por ello me atrevo a consolidar este nuevo concepto denominado cybergrind, del término anglosajón que literalmente significa cibermolienda. En esencia es una tesis que pretende demostrar los cambios que la sociedad está dispuesta a enfrentar por el abuso de esos privilegios que hacen la sociedad, nuestra generación no siente el vacío que nuestros hijos van a encarar debido a nuestra actitud indiferente del consumo y la destrucción. No será suficiente la tecnología para rellenar ese vacío espiritual, donde la fe de cada uno se desvanece ante el terror inminente de perder el control, donde la bestia más horrible es la familia que trata de sobrevivir en la casa de al lado. El cybergrind adopta la forma del temor más primordial del humano, perder su estabilidad, enfermedad del siglo XX donde se ha obligado a las sociedades a engordar viviendo vidas sedentarias, y esperando que se cumplan modelos, sin mayores pretensiones. Por naturaleza, el humano es un depredador y guerrero, ha sido concebido para luchar y solo la guerra parece completar su ciclo; siendo la otra opción el abandono total del deseo sometiendo la existencia a la meditación, vivir en espacios etéreos y singulares, cosas que no atraen a las organizaciones que mueven este mundo. Por ello que me atribuyo la creación y denominación de este género literario, porque tengo bases académicas e investigación que puede respaldar mi postulado, además que emprendo una cruzada contra los monopolios de la información, grave delito que afecta a la humanidad.

A.S.M.- En tu libro Hyperrealidad: El evangelio de las profundidades, interpretas el rol de Caronte, el personaje de la Divina Comedia, y conduces al lector del mundo real (en el que vivimos) al “infierno” (mundo oscuro). ¿Qué nos puedes decir acerca de esta tu novela?

R.R.G.- EL EVANGELIO DE LAS PROFUNDIDADES, nace una mañana de abril durante mi temporada de trabajo en la empresa TRANSREDES, donde aprendí sobre el negocio petrolero y pude saborear levemente el desarrollo al nivel primermundista. Sin embargo, el resultado era inequívoco, el sistema absorbía las personalidades de los trabajadores obligándoles a creer que sus vidas eran ideales sirviendo los intereses de la multinacional, y eso me recordó inmediatamente a Bruce Sterling y a William Gibson. Comencé a escribir esta novela primero en un blog (hyperrealidad.blogspot.com), era como una odisea virtual sobre un producto patentado que de repente no estaba bajo el control de los dueños, sino de una entidad celestial que se filtra a través de una antena de radiotelescopio situada en una luna de Júpiter. La personaje principal es una mujer hermosa y sensual que tiene una cierta superioridad sobre otros sujetos, es una genio en matemáticas y puede programar códigos complicadísimos, por eso hace contacto con ese ente celestial realizando un viaje de miles de vidas en un par de noches. Los otros personajes son marionetas de los eventos que estos seres arcanos despiertan. Es cierto que los índices de violencia son bastante exagerados, pero en un momento me parecieron atractivos dado el escenario que se explora exige que el personaje tenga cierto acceso a lo inmaterial y lo inalcanzable.

A.S.M.- Hay escenas en Hyperrealidad, que chocan la estructura emocional y la mente se siente anonadada. El lector ingresa en dimensiones desconocidas donde la muerte parece tener más valor que la vida. ¿Qué función cumple la muerte en tu obra? 

R.R.G.- La muerte, el número trece del tarot, un símbolo temido por los cristianos, pero venerado por las culturas más antiguas del mundo. En esta novela la muerte no es un elemento sagrado y tampoco una aberración. Durante la guerra la muerte es un índice de cálculo para iniciar negociaciones, y durante la revolución es un patrimonio que enriquece a los libertadores. En Hyperrealidad la muerte no es usada como un recurso adjetivo, peyorativo, ni retorcido para intimidar al lector, creo más bien que la vida por si sola sacude y convulsiona mucho más al individuo que la muerte misma; y eso es lo que sucede, las experiencias de vida de los personajes son referencias decadentes de nuestras propias vivencias, aunque en paisajes ficcionales. Y confieso que mi intención fue sacudir al lector con asco o con morbo, sonrío al saber que lo logré, pese a que lo relatado es duro; el noticiero de mediodía contiene información más decadente que podría contextualizarse en una obra como la mía y adornarse con recursos literarios.

A.S.M.- En Hyperrealidad la distopía emerge como algo normal y los personajes atraviesan laberintos que parecen no tener una salida.  ¿En qué momento, se produce ese escape hacia la salida, hacia la “luz”, hacia la superficie del océano, o hacía la solución del enigma?

R.R.G- Quisiera poder aclarar el cuestionamiento sobre la luz del laberinto, pero es una solución muy rápida que no podría darla sin haber publicado mis tres libros sobre hyperrealidad, pero la esperanza del personaje principal, su actitud guerrera, su tenacidad, su transformación y los eventos que logran su evolución hacia el estado superior de conocimiento, minimiza por completo los escenarios caóticos y desagradables que enfrentan en los universos explorados.

A.S.M.- Grandes personajes en la historia filosófica y espiritual del mundo han mencionado su ingreso al infierno, para conocer de cerca la oscuridad. Algunos dijeron que el conocer de cerca la “oscuridad”, les permitió reconocer el valor de la “luz”. ¿Es tu obra un preámbulo para conocer realmente el Yang habiendo reconocido el Ying?

R.R.G.- Dentro de la concepción cristiana de la dualidad, el infierno es la cara oscura, la noche y la caída, pero el punto de vista objetivo de hyperrealidad es totalmente prosaico. No soy cristiano y no reniego de la religión tradicional, sin embargo un enfoque mundano que podría explicar el texto de la novela puede ser un paso necesario hacia la concepción de una nueva humanidad, un hombre nuevo, una evolución intencional, sin tener que pasar por una prueba divina o una tentación, menos por un suplicio tortuoso, esas ordalías han creado supersticiones que aún golpean a las sociedades y el conocimiento se ve limitado a escalas inaceptables, pese a los colosales medios de difusión, aún imperan los prejuicios de la sociedad atormentada, el individuo vive lo que otros quieren que viva y come lo que le dan masticado. Y estoy de acuerdo con la concepción final del Yang, porque una vez concluida la lectura de Hyperrealidad se da una especie de suspiro porque el conocimiento transmitido te proporciona la luz prometida.

A.S.M.- Tu novela Hyperrealidad mereció un premio literario en 2011, y en su primera edición ya se agotó. En su segunda edición, será presentada en la próxima feria internacional del libro de Cochabamba. ¿Qué nos puedes decir respecto a esta presentación?

R.R.G.- Por lo que tengo entendido, esa primera edición se agotó por completo, no hay ni uno disponible y yo andaba diciendo por ahí que era escritor pero no tenía ni un solo libro para vender, por lo que emprendí editar un nuevo volumen de esta obra premiada, mucho más elegante y completamente diseñado por mi persona. He corregido muchos errores y he modificado aspectos que han enriquecido la obra distanciándose de esa primera edición. Me han apoyado este hermoso grupo de amigos denominado Supernova, por quienes su talento y experiencia me han impulsado enormemente en el desarrollo de mi vida artística, por ellos me siento muy entusiasmado en hacer este trabajo libre y placenteramente. Tengo planificado hacer una presentación sui generis en la feria internacional del libro de Cochabamba y repetir la misma en otros escenarios, será una sorpresa muy importante en el medio literario conjugar nuevas tendencias artísticas con lo tradicional.

A.S.M.- Hyperrealidad es una saga. ¿Qué nos puedes señalar acerca de tus proyectos futuros?

R.R.G.- Ciertamente Hyperrealidad es una saga, o un megalibro o un concepto. Al final se hicieron tres libros lo que era uno, y ese libro original que empezó a escribirse en el año 2002 en la ciudad de Santa Cruz y se terminó el 2012, ya eran tres distintos sin correlación o correspondencia temporal, se pueden leer por separado y en cualquier orden. Los siguientes dos se denominan: EL MARTIR DE LOS ORIGENES, y EL LIBRO DE LAS SOMBRAS. Puedo adelantar que no se parecen en nada a EL EVANGELIO DE LAS PROFUNDIDADES, son totalmente disimiles aunque el escenario tiene los mismos criterios como un argumento de fondo, que es el verdadero protagonista de hyperrealidad, un argumento y no un héroe o un villano. Pienso que mi trabajo enfoca la creación de sujetos que no puedes catalogar como Campbell, aunque prefiero denominarlos como servidores, guerreros y maestros. En EL MARTIR DE LOS ORIGENES existe una narración muy activa dentro de lo fantástico y épico, por otro lado el golpe del materialismo, como un aterrizaje forzoso en la tierra que decantan los académicos. En EL LIBRO DE LAS SOMBRAS postulo un mensaje más atrevido, porque en esencia el título significa el manual de un mago, y su contenido son las anotaciones del iniciado en su camino dentro de la magia.

En estos últimos tres años me he dedicado a investigar los conflictos geopolíticos en oriente medio, y su incidencia en el entramado energético. He escrito una novela que ha resultado muy distinta a Hyperrealidad, no es ciencia ficción, sorprenderá a quienes han leído mi trabajo.

Además, tengo una novela escondida llamada LA NUEVA ELITE, que es un relato sobre Cochabamba en el año 2035 después de una revolución económica que demuestra los cambios hacia una sociedad fascista, tengo esperanzas de publicarla algún día junto a EL JARDIN Y LOS NAUFRAGOS.

A.S.M.- Diriges una agrupación que se denomina SUPERNOVA, ¿cuáles son los objetivos de esta organización?

R.R.G.- Supernova es una sociedad de escritores de los géneros ciencia ficción, fantasía y terror con todas sus aristas y ramajes. Se formó de manera espontánea gracias a la iniciativa de Iván Prado, Gonzalo Montero, Dennis Morales y mi persona. Reunimos a los mayores talentos cochabambinos y descubrimos un mismo idioma que nos asombró empezando una excelente relación de trabajo que se ha prolongado en los últimos tres años. Los objetivos perseguidos por esta organización son fortalecer y difundir el trabajo artístico de los escritores de estos géneros mencionados en virtud de rescatar los talentos y creatividad de una nueva generación que tiene mucho que mostrar al lector. Tomamos a Cochabamba como epicentro del movimiento con expectativa de reunir la mayor cantidad de talento posible y expandir como una explosión hacia todas direcciones, de ahí que sale nuestro nombre reflejando un movimiento energético potente e imparable. Por supuesto que hemos cosechado bastantes frutos y excelentes relaciones debido a nuestra unidad y objetividad. Contamos con autores de primera línea como Vanessa Giacoman y Ana Triveño, cuyo estrellato nos favorece en demasía, y un joven escritor que es Miguel Sequeiros a quien admiro mucho, su trabajo recopila muchos elogios. Este variopinto equipo está avanzando en el difícil camino de la literatura, y alcanzando metas nacionales con interesantes contactos internacionales, pero principalmente queremos que el boliviano se sienta orgulloso de nuestros libros.

A.S.M.- Se acerca la feria internacional del libro de Cochabamba, y Supernova, está organizando el segundo coloquio de ciencia ficción y narrativa fantástica. ¿Qué nos puedes comentar al respecto de este evento como Coordinador de Supernova?

R.R.G.- Esta experiencia ya tiene varios años de desarrollo. El primer coloquio se realizó en la feria del libro de Cochabamba de 2013, se mostró al exigente público cochabambino que ya existía una sólida posición respecto a este tipo de literatura, como primera experiencia fue gratificante, los expositores demostraron una sólida base académica, no se cayó en la improvisación y se recopiló todo en video. Ya este año 2015 realizamos un evento similar en la feria del libro de Santa Cruz, donde se llevaron a cabo el desarrollo de temas muy importantes que dilucidaron el crecimiento de nuestros géneros por autores bolivianos, con la presencia de expositores internacionales y escritores muy bien posicionados.

Para esta feria del libro de Cochabamba tenemos pensado impresionar a los asistentes con hermosas presentaciones y magistrales exposiciones que atraerán sin duda a los lectores e intelectuales al foro de nuestros géneros. Pero el objetivo es mostrar que existe una dedicación absoluta a este tipo de arte y que Cochabamba lidera el boom con la mayor cantidad de material disponible y propuestas.

0 Comentario(s):

Publicar un comentario